Anoche se hizo realidad una de mis pesadillas más reincidentes, a las 3 de la madrugada llamaron a la puerta y mi sueño quedó interrumpido, quebrado en algún punto que no intenté recordar, roto.
Empapado en el sudor propio de una noche de verano, mojado en miedo como una magdalena al salir de un vaso de leche y a punto de ser engullida por el niño, me levanté tembloroso de la cama y con la extraña calma que precede la tempestad, me dirigí a la cocina, acuñé un cuchillo de cocina que no cortaba una mierda pero mordía de cojones y me dirigí a la endeble puerta de madera.
Aunque no habían vuelto a llamar yo sabía que alguién seguía allí, miré por la mirilla, la oscuridad me devolvió la mirada, entre lo negro me pareció construir alguna forma que quedó a medio descifrar, la puerta se resintió una vez más, tres golpes, espaciados entre sí, dos o tres segundos y otro, dos o tres segundos y otro. Con voz temblorosa y cuchillo en mano medio derretido por el miedo dije embalentonado " quién cojones llama a esta horas ", tenía miedo de que me devolvieran la amenaza, de que la voz de Darth Vader dijera " soy tu padre ", de que una voz entre robotizada y metálica dijera " ha llegado la hora ", de que un voz de mujer embejecida dijera " hola ", de que la voz de un payaso con dientes de sable dijera, " vuelve a mirar por la mirilla, sólo un poquito " . Sin embargo nadie respondió.
Me alejé del pórtico y llamé a la policía. A veces pienso, sueño, si este miedo es provocado por la puerta o qué pasaría sí esa entrada no existiera?...
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Hace 1 día
3 comentarios:
Pues imagínese usted vivir en Canadá, donde nunca cierran las puertas (casi hasta esta mal visto).
También es una pesadilla recurrente mía, aunque creo que es debido al miedo que nos metían las madres de pequeños, de no abrir la puerta a nadie.
Yo creo que también, me madre me decía, "no abras la puerta a nadie hasta que asome la patita por debajo " y así lo hacía.
Lo aterrador no es quien pueda estar detrás de la puerta (a lo mejor sólo era el vecino que te venía a decir que te has dejado un grifo dado y le estás calando el techo).
Lo verdaderamente horroroso son los golpes que te despiertan en la madrugada, bañándote en un sudor frío, "como una magdalena en la leche antes de ser engullida por el crío"
¡¡Muahhaahjajajá!!
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