Pero si yo no he matado ni a una mosca en toda mi corta vida, ¿cómo voy a poder dar muerte a ese hombre?, sangre de mi sangre.
Ha llegado el momento, algo dentro de mí me dice que es lo correcto, es mi deber, mi destino y como tal a él me he de precipitar. Míralo, tan paciente, meciéndose lentamente en su trono como tantas veces; un corte rápido y profundo en su garganta será suficiente ¿y si no le mato?, ¿y si le dejo malherido?, ¿y si no cumplo mi promesa?, mi ¿destino?, y si…
Para ser la primera vez la sangre no me impactó, fue como si no fuera la mía, fue como si no fuese mi muerte. Después de un ligero mareo, una sombra se posó sobre mi cabeza me miró a lo ojos y al fin alguien me dijo, - descansa ya terminó todo -.
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3 comentarios:
que esconden los asesinos, seran palabras asi?
Creo que me he perdido.
A saber creo que pudiera ser, creo que en algunos casos, como éste son enfermos guiados por un ente superior o vete tú a saber.
Piolina, al final se mata él mismo, vamos que se suicida guiado por ese ente?.
Lo he presentado en el II concurso de Microrelatos pero os juro que esta vez no os doy la coña para que me voteis
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