25 abril, 2005

Relatos: De otro mundo

25 abril, 2005


Su cara surcada por profundos valles revelaba cada segundo de una espesa y amarga vida, cada instante de preocupaciones y desdichas. Pero pronto todo acabaría, había llegado el momento de despedirse de la gente, de ahuyentar los falsos miedos que había albergado durante su estancia en este mundo, había llegado la hora.

Con un hatillo construído con un viejo y polvoriento pañuelo que no recordaba de dónde había salido y con una estaca que solía utilizar para espantar a los perros de sus tierras, dijo adiós con tristeza aunque aliviado. Le habían hablado mucho de su nuevo hogar, " es un sitio donde todos tienen su propia parcela de tierra fértil, sus propias nubes que dejan caer suavemente la lluvia que desees, nadie te robará ni te engañará y serás feliz por toda una eternidad ", decían animándole aunque él ya había estado allí en otro tiempo, en otra época mucho más fácil que ésta y sabía cuan equivocados estaban. Recordaba los dorados cipreses agitando sus enormes brazos dándole la bienvenida temporal, los gorriones metálicos silbando melodías nunca antes escuchadas por nadie, el sol y la luna funciéndose en un sólo astro que oscilaba como siguiendo el compás de los pájaros, las sombras bailaban entre los habitantes de colores chillones, él sería el fucsia como tantas veces.

JAN a nosequedía de nosequémes de milnovecientosnimeacuerdo

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