Parecía no prestar atención alguna a lo que acontecía en la casa pero lo cierto es que no perdía detalle, con la cabecita gacha y los ojos entreabiertos oscilaba las pupilas como un péndulo, de un lado a otro.
No sin esfuerzo, esa tarde me despegué del sofá antes de lo habitual, parecía que el calor había hecho mella en mi culo haciendo ese famoso y desagradable efecto ventosa. Hoy vendría antes de cenar y debía tener todo dispuesto para ese momento.
Y lo dicho, se levantó moviendo la cola como un ventilador averiado y se vino conmigo a la cocina, a ver que pillaba. Parecía no prestar atención pero no perdía ripio el muy mamón.
Para hacer una tortilla de dos huevos, cinco de ellos se suicidaron antes de pasar por una muerte segura, imagino que preferían morir con dignidad que esperar a un final caliente y lento en la sartén. Cuando hube acabado de hacer el pardillo, puse la mesa cuidando al extremo los detalles como la ocasión se merecía. Primero una candelabro, luego otro, un poco más tarde un tercero y así hasta 17, apenas había sitio para poner los platos aunque al final se hicieron hueco entre una servilleta y el mando a distancia. Quien me metería a mí en estos berenjenales, si soy incapaz de calentarme la leche del desayuno, como había sido posible que me hubiera engañado de esa forma. Pero la cuestión es que ya estaba empezado y todo lo que empieza se ha de acabar. Y finalmente lo acabé.
Un suculento suflé de patata, aderezado con dos aparentes tortillas de huevo y un poco de vino ( reserva del 97 ) con casera para endulzar el paladar y lo que se tercie por el camino.
Y de camino veía ella.
Cuando entró por la puerta no daba crédito a sus ojos, se preguntaba como había sido capaz de preparar esa mierda yo sólo, sin más ayuda que la del perro ( que por cierto se había puesto las botas con todos los suicidios que se había producido esa noche ).
Entró, vió y tras estudiar la situación, directamente nos fuimos a la cama. Desde luego que inútiles somos los tíos pero, no sin esfuerzo, como sabemos hacernos querer.
4 comentarios:
El protocolo es muy importante.
Si lo que se pretende con esta cena romántica es camelar a tu pareja con el fin de acabar en posición horizontal, esta receta es genial para excluir preámbulos e ir directamente al tema. Eres un campeón. :P
Ahí le has dao Seroca, ahí le has dao. Hay que sacar partido de nuetros puntos flacos, no?
Vaya, vaya!!!!
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