" Mira, si el problema es el cerebro, ¿acaso la mayor diferencia no reside en la inmortalidad? ¿A quién le importa la apariencia, la constitución ni la evolución del cerebro? Lo que importa es que las células cerebrales mueren, que deben morir. Aunque se mantengan o se reemplacen los demás órganos, las células cerebrales, que no se pueden reemplazar sin alterar y matar la personalidad, deben morir con el tiempo. Mis sendas positrónicas han durado casi dos siglos sin cambios y pueden durar varios siglos más. ¿No es ésa la barrera fundamental? Los seres humanos pueden tolerar que un robot sea inmortal, pues no importa cuánto dure una máquina; pero no pueden tolerar a un ser humano inmortal, pues su propia mortalidad sólo es tolerable siempre y cuando sea universal. Por eso no quieren considerarme humano. "
Isaac Asimov " El Hombre Bicentenario "
05 marzo, 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Un texto que invita a la relfexión. Es verdad que la inmortalidad no casa con el hombre (por naturaleza) pero si que la persigue con bastante afán. Las creaciones de vida no humana y la immortalidad son tanto un miedo como un anhelo, estupendo retrato del ser humano :).
Tú lo has dicho Mentenferma, algunos creen para sentir que después de esta vida nos espera algo mejor, es una forma de sentirse en paz, pero en qué se apoyan para pensar que lo que nos espera es mejor?, hay algo más ?, sinceramente no lo creo. No creo en la inmortalidad ni en la religión ni nada parecido, pero ahora que voy a tener un hijo y he visto la gestación de su primer trimestre, pienso que quizás, puede que todo esto no sea así porque sí. Gran incognita la vida, pero mientras averiguamos que hay detrás de todo lo mejor es vivir la vida de la forma más completa posible, por si acaso....
Traç, estoy seguro que en unos siglos ( si es que este mundo llega a tanto ), los robots vivirán cuanto queremos que vivan, aunque para siempre es mucho tiempo. Todo tiene un principio y un fin, la cuestión es si ese comienzo y ese final se encadenan como la noche y le día, o las estaciones. Tampoco creo en ese movimiento cíclico, pero ojalá...
Gran libro... (la peli lo mejor que se puede hacer es obviarla...)
La peli, si no trabajara Robin Willian, a lo mejor tenía un pase. Pero desde luego no hace justacia al Sr. Asimov
Sabias palabras. La película sólo sirve para pasar el rato. El texto invita a la reflexión.
Publicar un comentario