Escucho esas voces, graves como bolas de presos hundiéndose en un mar casi azul, hundiéndose con el hombre atado a sus grilletes, hundiéndose a pesar de todo.
Al oirlas, viajo a lugares del pasado, a ciudades de cristal, a mundos rellenados con estrellas siderales quizás hasta cósmicas. Y al escuchar los susurros, esas voces, me convierto en un jinete cabalgando entre siox pintones en un desierto de sombras, en un detective hambriento de huellas dactilares en un decorado de cadáveres, en un viajero buscando el lugar que alguna vez olvidó dentro, en su cabeza. Esas voces, esos doblajes de antes, esas películas que, aunque a veces no sean nada del otro mundo, sin duda lo son de éste, sin duda merece la pena encantarse con ellas. Sí señor, qué voces!, merece la pena volver a oírlas
15 enero, 2007
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6 comentarios:
cada vez que me conecto, me parece mas interesante lo leo. felicidades.
Cierto, cierto...!
Bienvenido de nuevo señor peich!!
Veo que retomas,no?Me alegro.
Un abrazote
enrique
Gracias brother yo a mi ritmo que no es poco
Pasaba por aquí ya que hacía tiempo que no nos cruzábamos por este submundo de la blogosfera...
Un saludo y nos leemos!
Qué guapetones!!
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